SALUD DEL ADOLESCENTE
Los adolescentes y jóvenes juegan un papel importante en la sociedad y forman el 30% de la población de Latinoamérica y el Caribe. Los adolescentes son considerados como un subconjunto saludable de la población, y como resultado, generalmente no se le da importancia a sus necesidades de salud. Sin embargo, el fortalecimiento del desarrollo de su salud les permite pasar a la vida de adultos con más habilidades para servir a sus comunidades de una forma productiva, estimulando crecimiento económico. Además, muchos hábitos dañinos son adquiridos tempranos en la vida y se convierten en problemas serios de salud en la edad adulta.
Entonces es crítico educar a los adolescentes y ayudarles a ser más resistentes para que puedan evitar problemas de salud (por ejemplo, cáncer de pulmón causado por consumo de tabaco). De por sí, proteger la salud y el bienestar de los adolescentes y jóvenes es una prioridad para la Organización Panamericana de Salud (OPS) y la Organización Mundial de Salud (OMS).
DATOS CLAVES
- La violencia juvenil es un problema mundial de salud pública. Incluye una serie de actos que van desde la intimidación y las riñas al homicidio, pasando por agresiones sexuales y físicas más graves.
- La mayoría de los jóvenes goza de buena salud, pero la mortalidad prematura, la morbilidad y las lesiones entre los adolescentes siguen siendo considerables.
- El embarazo en la adolescencia sigue siendo uno de los principales factores que contribuyen a la mortalidad materna e infantil y al círculo de enfermedad y pobreza.
HOJA INFORMATIVA
En los últimos años, nuestra Región ha logrado importantes avances en la mejora de la salud de las mujeres, los niños y los adolescentes. La mortalidad neonatal, infantil y materna han disminuído. Sin embargo, no todos los grupos de la población se han beneficiado por igual: subsisten grandes diferencias entre los países y dentro de ellos.
Las mujeres y los niños de los estratos socioeconómicos más bajos, así como los habitantes de las zonas rurales, los indígenas, las personas afrodescendientes y las personas con menos escolaridad presentan sistemáticamente una mayor carga de morbilidad y mortalidad. La mortalidad en la adolescencia, debida en su mayor parte a causas prevenibles, ha permanecido estacionaria o ha aumentado, y el embarazo en adolescentes sigue siendo inadmisiblemente alto.
RESPUESTA DE LA OPS
En septiembre del 2018 se registró otro avance en la Región de las Américas cuando los Estados Miembros de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) adoptaron el Plan de acción para la salud de la mujer, el niño, la niña y adolescentes 2018-2030, que se basa en cuatro líneas estratégicas:
- Fortalecer un entorno normativo transformador a fin de reducir las inequidades en materia de salud.
- Promover la salud y el bienestar universales y equitativos en sus familias, escuelas y comunidades.
- Ampliar el acceso equitativo a servicios de salud integrales y de buena calidad.
- Fortalecer los sistemas de información para la difusión de datos y estadísticas.
EL PLAN DE ACCIÓN REQUIERE QUE LA OPS:
- Brinde cooperación técnica a los Estados Miembros para la elaboración de planes nacionales de acción actualizados y difunda herramientas que faciliten los enfoques integrados, basados en la equidad e innovadores;
- Fortalezca la coordinación del plan de acción con iniciativas similares de otros organismos internacionales e iniciativas mundiales en pro de la salud y el bienestar de las mujeres, los niños, las niñas y adolescentes;
Fuente: Organización Panamericana de la Salud (extracto)